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lunes, 13 de agosto de 2012

Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni en sillas de escarnecedores se ha sentado. Sal. 1:1

La felicidad es el resultado de lo que evitamos y no apenas de lo que hacemos. Así empieza el salmo1: Feliz el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado. Hay tres progresiones en este versículo. La primera es: andar, estar y sentarse. La segunda es: Consejo, camino y silla. La tercera es: malos, pedcadores y escarnecedores. Somos felices a medida que huimos de determinados lugares, rechazamos determinadas propuestas y nos alejamos de determinadas personas. Frecuentar malos lugares, vivir acorde a malos padrones y andar en compañía de malas personas es el camino más rápido para la felicidad.
 
La felicidad consiste en el coraje de romper con algunas amistades, en decir un sonoro no a determinadas propuestas y escapar de determinados lugares. Cuando dejamos de hacer esas cosas, entonces, somos felices, ¡muy felices!

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